Llega un nuevo año, con él nuevas expectativas y esperanzas.
Soñamos que sea un año ideal, donde se nos brinde todo lo que anhelamos con el corazón. Nos proponemos nuevas metas profesionales y personales con la ilusión, de que éstas nos conviertan en seres más completos.
Es muy importante visualizar lo que se quiere, proyectarlo en una imagen que nos ayude a materializarla en el plano físico; pero, generalmente cometemos el error de no analizar lo que dejamos atrás, aquellos propósitos que no cumplimos, hábitos que no abandonamos y metas retrasadas; es un error, porque allí es donde se encuentran las grandes oportunidades de progreso, de auto enseñanza y conocimiento, de sanar lo que se encuentra herido, para así avanzar.
“Y esta falta de construcción asertiva, recae en gran medida a que siempre se desea construir desde lo que falta y no desde lo que se tiene, la ausencia de trabajo en equipo, la carencia de ver más allá de cada ser, no de cada hoja de vida; sino de cada vida, es la que nos tiene persiguiendo objetivos que quizás no encajan en nuestro plan, pero se nos fue señalado como el plan a seguir.
Si fuéramos consientes de construir desde lo que tenemos, podríamos rescatar tantos talentos que están dormidos, por miedo a salir y ser juzgados” Tomado del articulo
Si vas a construir algo, que sea con lo que tienes y no con lo que te falta.
Antes de proyectar nuevas metas, primero realicemos un análisis de lo que no se ejecutó, cuáles fueron las causas de esto y cuáles serían las nuevas acciones para que en caso de continuar con esta meta, poder materializarla; de esta manera, se construye sobre bases fuertes y así lograr, grandes edificaciones.
Sabemos que existen muchos propósitos que pierden su forma y sentido, pero también sabemos, que les podemos dar un nuevo sabor y color.
La invitación para este nuevo año, es NO abandonar lo que deseamos con tanta fuerza; existen procesos que a simple vista son largos, pero cada aprendizaje fue necesario para recibir una cosecha llena de una siembra hecha con conciencia.
Visualicemos cada nuevo año, como esa nueva oportunidad de la vida en seguir creciendo tanto, como el infinito que somos.
Como empresa, analizamos aquellos aspectos que no se pudieron cumplir, las enseñanzas que nos brindaron, para así, determinar las acciones a implementar, elevar la vibración, para continuar volando muy alto.